(una antropología de la modernidad)
Vivimos tiempos excesivos -"sobremodernos"- en los que la historia se acelera y se multiplican los espacios. En estas circunstancias proliferan los no-lugares, espacios propiamente contemporáneos de confluencia anónimos donde personas en tránsito deben instalarse durante algún tiempo, como por ejemplo un supermercado, un aeropuerto, un trasbordo de metro, espacios que apenas permiten un furtivo cruce de miradas entre personas que nunca más se encontrarán. Los no lugares convierten a los ciudadanos en meros elementos de conjuntos que se forman y deshacen al azar y son simbólicos de la condición humana actual y más aún del futuro. No se trata de territorios existenciales, en los no-lugares, infestados de gente, no hay nadie.
"los no lugares".pdf
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